¿Cómo afecta la dureza del agua?
El agua es esencial en nuestra vida diaria, pero no toda el agua que consumimos tiene la misma calidad. Una de las características que puede marcar la diferencia es su dureza. Aunque pueda parecer un término lejano o técnico, en realidad la dureza del agua tiene un impacto directo en nuestra salud, en nuestros hogares y en los electrodomésticos que usamos a diario.
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Dureza del agua
Cuando hablamos de dureza del agua, nos referimos a la cantidad de minerales que contiene, principalmente calcio y magnesio. Estos minerales no son perjudiciales en sí mismos, de hecho, forman parte de una dieta equilibrada, pero en exceso pueden provocar problemas tanto en el consumo como en el uso cotidiano del agua.
El nivel de dureza depende de la zona en la que vivamos, ya que el agua de la red arrastra minerales al pasar por diferentes tipos de suelos y rocas. Así, hay lugares donde el agua es más “blanda” y otros donde es claramente más “dura”.
Clasificación de la dureza del agua
La dureza se mide en miligramos por litro (mg/l) o en grados de dureza (°dH). Cuanto mayor sea la concentración de calcio y magnesio, más dura se considera el agua.
Podemos clasificar el agua en cuatro grandes grupos:
- Agua blanda: menos de 50 mg/l de sales minerales.
- Agua semidura: entre 50 y 150 mg/l.
- Agua dura: entre 150 y 300 mg/l.
- Agua muy dura: más de 300 mg/l.
Saber en qué categoría se encuentra el agua que consumimos nos ayuda a comprender mejor cómo puede influir en nuestra vida diaria.
¿Cómo puede afectarnos la dureza del agua?
La dureza del agua no es un problema de salud grave, pero sí puede generar incomodidades y costes adicionales si no se controla. Algunos de los efectos más comunes, son:
En la salud y el consumo
Beber agua dura no es peligroso para la mayoría de las personas, e incluso aporta minerales. Sin embargo, muchas veces presenta un sabor más fuerte o metálico que hace que no resulte agradable. En algunas personas con problemas renales, el exceso de minerales puede no ser recomendable.
En los electrodomésticos y el hogar
El efecto más evidente de un agua dura es la formación de cal. Esta se acumula en grifos, duchas, lavadoras, cafeteras y otros aparatos que funcionan con agua. Con el tiempo, la cal puede reducir la eficiencia energética, acortar la vida útil de los electrodomésticos y aumentar el gasto en mantenimiento y reparaciones.
En la limpieza y el cuidado personal
El agua dura también dificulta la acción del jabón y los detergentes. Esto significa que necesitamos más cantidad de producto para lavar la ropa o los platos, lo que implica más gasto. Además, en la piel y el cabello puede dejar una sensación áspera o seca, lo que afecta a la comodidad diaria.
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